La Real Academia de la Lengua define Calidad como la “propiedad o conjunto de propiedades inherentes a algo, que permiten juzgar su valor”. De esta frase se entiende que a mayor Calidad de sus propiedades o características, mayor es su valor.
En sistemas de gestión de calidad no se mira solo al producto final, sino que la mirada va dirigida al conjunto que hace posible el producto, o el desempeño de un servicio o la ejecución de un proyecto en concreto.
Como características propias y únicas de la Calidad no hay especificación detallada al respecto. En función del producto o servicio se puede considerar característica o no, por ejemplo, la rapidez. En una sesión de yoga la rapidez no se puede valorar como una característica a tener en cuenta como Calidad del servicio; en cambio, en el embotellado de agua la rapidez si que es un punto a favor dentro de las características de Calidad de producción.
Por lo tanto, valorar las características de la Calidad sin determinar un objetivo concreto puede dar lugar a errores de interpretación que no son convenientes.
En el caso que se está estudiando, la gestión de la Calidad en proyectos de implantación de infraestructuras de redes telemáticas, se puede definir como características de Calidad: la claridad de la documentación, la puntualidad mi la ejecución, la limpieza y pulcritud, etc.
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